el gato atrapado en la pared
lunes, 7 de diciembre de 2009
hatefuck justice





Elige entre justicia y justicia.

Elige entre racionalidad e instintos. Y luego responde si la perversión es justa. Que si tatuar y sodomizar y humillar es justo o encerrar en prisión y poder salir de ella pagando una nimia cantidad de dinero es justo. Que si hay justicia psicológica en el encierro, que si cuando salga a lo mejor te pilla en un callejón oscuro y se venga y te revienta y seguirá pensando que eres una hormiga, porque por eso te pisó la primera vez.

Y está la enfermedad. La marca. Eres una persona, un ser humano que se mueve y vive porque eso es lo que nos ha tocado hacer. Sobreviviendo, es lo que le ha tocado hacer.

Así que pervierte libremente, permítetelo, porque eres tan hormiga que probablemente nadie venga a ayudarte. Nunca lo han hecho, y la experiencia te guía y se mezcla con una rabia nacida de la impotencia que hace ya demasiados años que soportas. Los papeles dicen tanto y las acciones tan poco. La crueldad ha sido extrema en primera instancia y tus actos parecen en esta historia extremamente desubicados, retorcidos y siniestros.

Y el ruido de la aguja tatuando insultos seguramente sigue amartillando su cerebro.

¿Correcto? Posiblemente no. ¿Justo? Lo que más.


Lisbeth by dididouli

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posted by Nerea @ 7:05  
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"Un quejido, sordo y entrecortado al comienzo, semejante al sollozar de un niño, que luego creció rápidamente hasta convertirse en un largo, agudo y continuo alarido, anormal, como inhumano, un aullido, un clamor de lamentación, mitad de horror, mitad de triunfo, como sólo puede haber brotado en el infierno de la garganta de los condenados en su agonía y de los demonios exultantes en la condenación."

Edgar Allan Poe

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